Los mocos, esa sustancia tan indeseable para muchos padres como necesaria para el desarrollo saludable de nuestros hijos… En el caso de los bebés cobran especial importancia porque si bien el moco es necesario, un exceso de mocos es causa de obstrucción nasal y, por tanto, de dificultad respiratoria.

Es sabido que los bebés hasta los seis meses respiran únicamente por la nariz, por razones anatómicas y fisiológicas, por eso es muy importante estar atentos para evitar la obstrucción nasal y tener siempre las fosas nasales lo más despejadas posible.

¿Qué hacer con los mocos de nuestro bebé?

Consideramos la etapa de bebé como el proceso que se va produciendo en el recién nacido hasta convertirse en un niño pequeño, lo que datamos alrededor del primer año de vida. En este primer año de vida los bebés aprenden las habilidades de comer, andar y hablar.

Los lactantes que tienen obstrucción nasal no solo respiran mal, sino que también comerán mal: harán peor las tomas, ya que se fatigan más y también dormirán peor. Para que un bebé pueda comer y dormir de la forma más saludable posible los padres deben saber que su higiene nasal es primordial.

El problema que les surge a muchos padres es ¿cómo limpiar la nariz? ¿qué método usar? Vamos a ayudaros con unas recomendaciones para ello.

Cómo limpiar la nariz de un bebé

Existen dos posibilidades: Lavado nasal vs. Aspirado nasal. Ambos no son incompatibles entre sí pero hay que elegir bien. A los bebés no les suele gustar ninguno.

Nuestros consejos son:

  • Preferimos el lavado nasal por entrañar menos riesgos.
  • La aspiración es ideal si se dispone de la suficiente luz que ilumine las fosas nasales para aplicar el terminal de aspiración en el sitio correcto. Eso sólo se suele lograr en la consulta del médico. Los aspiradores introducidos en la nariz a ciegas pueden succionar la mucosa de los cornetes y edematizarlos, aumentando la obstrucción nasal. Es por este motivo por lo que se descartan. Sin embargo, para los mocos que cuelgan de la nariz un aspirador del mercado farmacéutico es muy válido si lo utilizamos cuidadosamente.
  • El lavado nasal debe hacerse con delicadeza. Primero una fosa nasal y luego la otra.
  • La posición del bebé debe ser acostado de lado, porque así se le sujeta mejor. Un padre le sujeta y el otro le lava. Evitar la posición de sentado (solo para niños más mayores), por riesgo de paso del líquido a los bronquios.
  • El momento ideal del lavado será después del baño o antes de dormir, cuando el bebé está más receptivo. Nunca si el bebé está muy activo.
  • No forzar las comidas si el bebé tiene muchos mocos. A veces parte de esos mocos los tragan y caen al estómago perdiendo el apetito ya que los mocos les aportan proteínas y azúcares.

Recomendaciones para lavar la nariz a un bebé

Así cuando el bebé está más tranquilo, tumbado de lado con una mejilla apoyada en la mesa, un ayudante lo inmoviliza. La cabeza debe estar bien sujeta para que no la ladee e iniciar así el lavado por la fosa nasal de arriba para que el líquido salga por la otra, la que está apoyada sobre la mesa. Y repetir cambiando al bebé de lado.

Aconsejamos lavar la nariz solo lo imprescindible. No lavar si no hay obstrucción nasal, ya que los mocos en su justa medida son beneficiosos y no hay que quitarlos.

Recordamos que la trompa auditiva de los niños es corta, ancha y horizontalizada, situación que favorece que los mocos de las fosas nasales puedan acceder al oído medio. Un lavado con excesiva fuerza puede dañar el oído medio, de igual manera que un aspirador a gran presión crea un vacío que también repercute en el oído medio.

¿Qué producto es el más adecuado?

Lo más usados son:

  • Suero Fisiológico. Es una solución al 0,9% de cloruro sódico en agua. Se dispensa en envases grandes para ser usado mediante jeringa, en frascos con cuentagotas o en ampollas monodosis.
  • Agua de mar. Es 100% agua del mar de origen natural, filtrada y esterilizada, pero que mantiene sus propiedades en oligoelementos y minerales (sodio, potasio, magnesio, calcio…). Existen dos preparados con concentraciones salinas distintas: Isotónica e Hipertónica. La isotónica tiene una concentración de ClNa del 0.9% mientras que la hipertónica tiene más sodio desde 1.5% hasta 3%. Ambas se dispensan en monodosis y en spray. La hipertónica tiene más capacidad de descongestión pero no se debe usar en recién nacidos, solo a partir del primer mes.
  • Las ampollas monodosis aportan mayor fiabilidad en cuanto a la esterilidad del recipiente, pero tienen el inconveniente (al igual que el suero fisiológico) que al ser aplicado en una jeringa puede variar la fuerza de introducción, mientras que los sprays ya tienen la fuerza de nebulización regulada. El formato más usado es el spray, ya que tiene la concentración y presión a medida según necesidades. Es por ello el más recomendado por pediatras y otorrinos.

Hay preparados de agua de mar que incluyen además en su composición diversas sustancias hidratantes y fluidificantes como el ácido hialurónico, eucalipto, aloe vera, xilitol, que además de liberar la nariz del moco, favorecen el TMC (transporte mucociliar), descongestionan, hidratan y dan un efecto de frescor, mejorando la respiración, y por tanto también mejoran la alimentación y el sueño del bebé.

Nosotros aconsejamos el agua de mar isotónica en recién nacidos, bien en cuentagotas, en monodosis o en spray. A partir del primer mes aconsejamos el agua de mar hipertónica, tanto en spray como en monodosis.

Es importante que el contenido no esté muy frío calentarlo con las manos previamente. Hay que lavarse las manos antes y después de usar los recipientes, así como limpiarlos bien (en el caso de las jeringas) con agua templada después de terminado el lavado.

Siempre recomendamos consultar con un especialista ORL en caso de dudas sobre cualquier situación con tu bebé.

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