¿Qué son los mocos? Los mocos son una sustancia espesa y pegajosa segregada por una membrana mucosa, especialmente por la mucosa nasal.

Todos tenemos mocos de continuo, la diferencia es que unos son visibles y otros invisibles. Solemos decir que tenemos mocos, cuando estos son visibles por su gran producción. Pero cuando tenemos mocos en su justa medida, estos realizan su función y no se manifiestan, permanecen invisibles, imperceptibles pero están ahí. ¡Benditos mocos! Otra definición de mocos: sustancia viscosa y adherente de origen biológico, producida en las células caliciformes de los epitelios de órganos expuestos al medio externo, como medio de protección.

“El hijo del hombre” la obra más conocida de René Magritte, siempre me atrajo, en esta pintura surrealista la manzana es usada como símbolo para decirnos que todos somos hijos de Adán y Eva y que todo lo que vemos esconde otra cosa, y por supuesto siempre queremos ver lo que el ser humano oculta, aunque lo que vemos no oculte nada. Cuando estudiaba la fisiología nasal, no sé bien por qué pensaba en esta obra, en mi imaginación la manzana verde tapando la nariz escondía el verdadero secreto oculto, el mecanismo del que vamos a hablar.

 Historia Arte El hijo del hombre - René Magritte mucosa nasal El hijo del hombre – René Magritte

El epitelio respiratorio está presente en nuestras fosas nasales, senos paranasales, sin olvidar a la trompa de Eustaquio y el oído medio, cuyo epitelio también es de tipo respiratorio y, por lo tanto, también fabrica moco.

Este EPITELIO está en primera línea de defensa. Es la GRAN BARRERA ANATÓMICA que permite la entrada del oxígeno necesario para que nuestras células sigan vivas, pero que además actúa como filtro y depuradora de toda partícula extraña que inhalamos, por un lado con la producción de MOCO, que atrapa las partículas patógenas y, por otro, con su mecanismo de autolimpieza conocido como TRANSPORTE MUCOCILIAR (TMC).

¿Cómo se organizan estos defensores? ¿Quiénes son estos superhéroes? Esta indispensable función está protagonizada por dos tipos de células:

  • Las células capaces de producir MOCO son las Células Caliciformes.
  • Las células encargadas del TMC son las Células Ciliadas.

Goblet Cells o células caliciformes

Los mocos en su justa medida son imprescindibles para nuestra salud. Constantemente inhalamos bacterias y virus que nunca llegamos a enterarnos de su existencia, gracias a los mocos que los atrapan y neutralizan.

Las células especializadas en la síntesis y secreción del moco son las células caliciformes, que se llaman así por su forma de copa o cáliz. En Medicina las conocemos como “GOBLET CELLS“ y están dispersas por los epitelios respiratorio e intestinal.

Tienen varias funciones: Secreción, Protección, Lubricación y Absorción.

Sintetizan el moco en vesículas que secretan a la luz respiratoria como gránulos de MUCINA. La secreción de mucina aporta viscosidad actuando como un gel capaz de capturar partículas de todo tipo, a la vez que lubrica el epitelio y lo mantiene húmedo, evitando la sequedad de mucosas. Una vez liberada la mucina, la célula se adelgaza y empieza a sintetizar de nuevo, cuyo ciclo puede tardar 1 ó 2 horas. El manto mucoso de la nariz se renueva cada 10-20 minutos y el de los senos cada 10-15 minutos. Proetz en 1953 calculó que el moco generado en la nariz llega a ser de 1 litro diario.

El moco nasal tiene más de 100 componentes: el 95% es agua y el 5% son sales, proteínas, lípidos, iones… Su principal componente es la MUCINA (una glicoproteína). Un gránulo de mucina tiene 1 µm (micrómetro) de diámetro y cuando sale de la célula expande su volumen hasta 100 veces. Existen 17 genes que codifican mucinas en el genoma humano. Su cantidad de producción puede aumentar ante diversos estímulos en cuestión de milisegundos.

Al manto mucoso, además, se incorporan moléculas con actividad antibacteriana, viricida y fungicida como son la lisozima, lactoferrina, lactoperoxidasa… Y anticuerpos como la Ig A. La Lisozima es una proteína descubierta por Sir Alexander Fleming en 1921, que posee actividad antimicrobiana. Es una enzima mucolítica capaz de lisar microorganismos.

Los mocos también contienen anticuerpos, una especie de inmunidad local vinculada a las concentraciones de Ig A. El Anticuerpo Ig A no lisa a las bacterias, pero es un eficaz neutralizador de virus. Existen personas con déficit hereditario de producción de Ig A, los cuáles son más propensos a la invasión de microorganismos y, por tanto, a las infecciones.

TMC o transporte mucociliar

El TMC, transporte mucociliar o barrido del moco, ayuda a mantener sano y limpio nuestro aparato respiratorio.

Las células ciliadas nasales son las encargadas del transporte y autolimpieza del moco. Es nuestro sistema de aclaramiento. Los CILIOS baten propulsando los copos de mocos de forma coordinada produciendo una onda que viaja pequeñas distancias. La punta de los cilios empuja el moco junto al material extraño atrapado, en dirección hacia la garganta, donde pueden ser tragados y destruidos por los jugos digestivos, o bien expectorados como flema.

La velocidad del TMC es variable entre 1y 20 mm/ min. (6-7 mm/min). Esta velocidad se ve afectada por el tabaco, contaminación y baja humedad.

Si este sistema TMC falla, el material atrapado tendrá tiempo para penetrar en el interior de las mucosa e iniciar la enfermedad (infecciones, asma, EPOC…). Recordemos que la nariz es una trampa excelente para las partículas de 5 a 10 micras, pero las de 2 a 4 micras pueden seguir las corrientes aéreas hacia los bronquios.

La actividad ciliar es óptima entre 18º y 37º, cesando entre 7º-12º. A veces, por determinadas circunstancias, la punta de los cilios no alcanza al moco para propulsarlo y, otras veces la gran cantidad de moco producida puede adherirse a los cilios e inmovilizarlos. La regulación del movimiento ciliar adecuado requiere de mecanismos muy sofisticados y complejos.

Hay microorganismos que pueden dañar a los cilios, por ejemplo el Mycoplasma Pneumoniæ que segrega factores capaces de cambiar la orientación de los cilios, favoreciendo la acumulación del moco, obstruyendo la vía aérea e iniciando la hipoxemia.

Cuando los mocos se producen y acumulan en grandes cantidades, deben ser limpiados al exterior. Para ello disponemos de varios sistemas:

  • Estornudo.
  • Sonado nasal.
  • Lavado nasal.
  • Aspirado nasal.

¿Cuál escoger? ¿Qué debemos evitar? En el siguiente capítulo, que puedes consultar aquí, tratamos estas alternativas y aportaremos nuestras recomendaciones.


Bibliografía.

  • Wilson, WR. Montgomery WW. Infecciones y granulómas de las vías aéreas nasales y senos paranasales. In Rinología de Paparella MM. Shumrick DA. Ed Médica Panamericana. 1991.
  • Negro Álvarez, JM. Rinitis Alérgica. Mecanismos y tratamiento. MRA ediciones. 2004.
  • Perez,F. Mendez,A. Lagos,A. Vargas SL. Mucociliary clearance system in lung defense. Rev. Red. Chile. Vol. 142,5. 2014.
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