Cyrano yacía tumbado en el suelo, pensativo debajo de un árbol, cuando de repente le cayó una manzana que aterrizó en su nariz. Gracias a que era un hombre a una nariz pegado, no sufrió daño alguno, a diferencia de Miguel Ángel Buonarroti cuando un mal día se tropezó por las calles de Florencia con el violento Torrigiano. Cyrano, tampoco tuvo ninguna idea original, a diferencia de Isaac Newton. Lo único que se le ocurrió fue darle un buen mordisco, dejando la manzana como el logo de Apple. Ese logo que años más tarde ideara Steve Jobs como homenaje a Alan Turing, el matemático que descifró el código secreto de los nazis y con ello logró salvar a millones de personas.

Ni Quevedo, ni Rostand (el autor de Cyrano), ni Miguel Ángel llegaron a conocerse, pero los he concatenado en este corto relato de ficción porque todos ellos tienen para mi algo en común (aparte de mi admiración); me refiero a una cosa de la que vamos a hablar: la Nariz.

Los Otorrinos y Cirujanos Plásticos diferenciamos entre: Nariz externa -o Pirámide nasal- y en Nariz interna -o Fosas nasales (desde las narinas hasta las coanas)-.

La pirámide nasal – Nariz externa

La pirámide nasal es el segmento de nuestra cara que más repercusión estética tiene, ya que la nariz es la que aporta personalidad y carácter a nuestra imagen.

En La Ley del Silencio (On the Waterfront) de Elia Kazan se establece el siguiente diálogo entre Marlon Brando y Eva Marie Saint, en los muelles de Nueva Jersey: “Tú no me recuerdas, ¿verdad?”. “Sí, claro que me acuerdo, te reconocí enseguida. Por la nariz claro, todos tenemos algo raro que se queda grabado”.

La nariz es el rasgo principal que define la fisonomía de la cara y el de más valor al emitir un juicio de belleza, sin embargo es bien sabido por los rinólogos que una nariz fina, estrecha y atractiva no suele funcionar bien.

La nariz externa no deja de crecer hasta que finaliza el desarrollo craneal y su prominencia como apéndice del rostro está relacionado con un proceso evolutivo del homo sapiens, que no tienen otros primates. Está formada por un gran armazón entre los huesos: frontales, maxilar superior y huesos propios nasales (dorso nasal) y los cartílagos triangulares y alares (punta nasal).

La pirámide nasal y sus curiosidades

Culturalmente se ha usado la punta nasal como elemento decorativo, luciendo joyas a modo de piercings, muy frecuentes en la India, Polinesia y diversas tribus africanas como distintivos de belleza, de riqueza o posición social elevada. Últimamente muy introducidos como moda entre los jóvenes occidentales.

También algunas culturas, como los esquimales, hawaianos, tibetanos, maoríes y polinesios usan la nariz de una forma especial, esta vez como saludo, conocido como Hongi que consiste en frotarse la punta nasal a modo de beso de bienvenida.

Por último la pirámide nasal es el objetivo cultural de agresión física, así romper las narices de las estatuas era un acto habitual al conquistar una ciudad. También como signo de castigo ancestral, como en los casos de adulterio, se amputaba la nariz (rinectomía), como el famoso caso de la afgana Bibi Aisha, de 18 años mutilada por el régimen talibán en 2010. Esta deleznable costumbre fue la que propició los inicios de la Rinoplastia que data del 2.000 a.C. en la India. El más famoso caso de amputación nasal es el de la Gran Esfinge de Giza, ordenada por un fanático líder religioso llamado Muhammad Sain al-Dahr en 1378 que pretendía evitar el culto y las ofrendas de los campesinos egipcios.

Las fosas nasales – Nariz interna – y sus curiosidades

Las fosas nasales. Dentro de ellas diferenciamos una parte dura en el centro (tabique nasal) que divide el interior de la nariz en dos fosas nasales y unas partes blandas en los laterales (la mucosa y los cornetes).

El tabique, o septum nasal, es por regla recto en los niños, pero es la excepción en los adultos. En el homo sapiens no existe el tabique totalmente recto, ya que el tabique desviado es un signo evolutivo de la especie humana. Se trata de un tabique osteo-cartilaginoso formado por un cartílago septal y cuatro huesos: etmóides, vómer, palatino y maxilar superior.

La mucosa nasal o Pituitaria, tapiza las fosas nasales y comunica ininterrumpidamente con los senos paranasales (frontales, maxilares, etmoidales y esfenoidal). Es una mucosa nasosinusal que se especializa en tres áreas:

  1. En el vestíbulo nasal como área de transición entre piel y mucosa con glándulas sebáceas y pelos o vibrisas que actúan como primer filtro nasal.
  2. Área Olfatoria o Pituitaria amarilla, de unos 2 cm², situada en la parte superior de las fosas nasales y en contacto con el bulbo olfatorio a través de la lámina cribosa.
  3. Área respiratoria o Pituitaria roja, es la más extensa, compuesta de células ciliadas, células caliciformes y glándulas de secreción serosa y mucosa. En nuestro desarrollo filogenético ha ido perdiendo espacio el área olfatoria respecto de la respiratoria.

La función respiratoria de la nariz

Nuestra nariz es un órgano con dos funciones básicas, la función respiratoria y el sentido del olfato (que dedicaremos un capítulo aparte).

La nariz es en esencia un órgano respiratorio. Para un recién nacido es vital. Respirar por la boca es antifisiológico y solo debería ser requerida para momentos de emergencia. La respiración nasal es la fisiológica porque se realiza de forma más lenta y profunda que la bucal y ello favorece la expansión alveolar en nuestros pulmones así como una mejor distribución del surfactante pulmonar previniendo la atelectasia y el cor pulmonale.

Existe un reflejo naso-pulmonar que cuando la nariz se congestiona los pulmones tienden a cerrarse y cuando la nariz se abre los pulmones también.

También existe un ciclo nasal que permite que una fosa nasal respire (descongestión) mientras la otra descansa (congestión).

Muchos pacientes relatan que si se acuestan de un lado, su nariz de ese lado se tapona, y si cambian de postura, vuelve a pasar lo mismo con la otra fosa nasal. Esto es debido a que si dormimos, por ejemplo, del lado derecho, la compresión del pulmón derecho provoca congestión y cierre nasal derecho; entonces el ciclo nasal descongestiona la izquierda, y a su vez el paso de aire por la fosa izquierda expande el pulmón izquierdo.

Diferentes culturas han mantenido que la vida entraba y salía por la nariz, de ello existen referencias en la Biblia, el Corán y la Mitología griega.

El mayor símbolo de la cultura egipcia es la cruz de la vida o cruz egipcia conocida como Ankn que en la escritura jeroglífica significa vida y simboliza la eternidad. Tanto el dios Ra como la diosa Isis están representados dirigiendo la cruz a la nariz del Faraón, para concederle la eternidad, así por ejemplo Tut-Ankn-Amón significa imagen viva del dios Amón.

La nariz para humedecer el aire que respiramos

Los pulmones a nivel alveolar necesitan mucha humedad, el aire que llega hasta aquí debe estar saturado de vapor de agua. Este poder humectante lo tiene la nariz gracias a la acción de las glándulas seromucosas que logran hidratar y humidificar el aire que inhalamos, alcanzándose una humedad del aire inspirado del 98% cuando este llega a la subglotis.

La respiración bucal, al no tener esta función, va a suponer una sobrecarga para la laringe, la tráquea y los alvéolos con efectos perjudiciales a largo plazo.

La nariz para calentar o enfriar el aire

El control de la temperatura del aire inspirado se produce a nivel intranasal, por la acción de los cornetes, unas estructuras cavernosas eréctiles muy vascularizadas, unas lagunas venosas que se llenan o vacían de sangre según las necesidades de calentar o enfriar el aire.

Si nos exponemos al frío, nuestras glándulas mucosas se estimulan (“moqueo matutino”) y los cornetes se ingurgitan de sangre calentando el aire a la temperatura corporal, así nuestros pulmones no se enfrían.

Los cornetes son nuestra calefacción en invierno y nuestro aire acondicionado en verano.

La respiración por la boca pierde esta función de acondicionamiento del aire, hasta tal punto que si una persona que duerme en la calle en invierno respira con la boca abierta, contraerá una Neumonía, mientras que si respira con la boca cerrada, es decir solo por la nariz, no le ocurrirá nada.

Ya lo dijo Galeno en el s.II: “las partes del pulmón nunca se enfrían aunque el aire que nos rodee esté muy frío y las partículas de polvillo que muchas veces están en el aire, no penetran más allá de la tráquea”.

Nariz para filtrar como órgano de limpieza y protección

En el aire que respiramos hay muchas partículas indeseables (que flotan en la atmósfera) para nuestro aparato respiratorio: partículas de la contaminación, alérgenos, bacterias, virus…

Nuestras fosas nasales disponen de sistemas de filtro y limpieza, como los pelos “vibrisas” de las narinas. También están las células ciliadas de la mucosa nasal que con sus cilios capturan las partículas y las empujan hacia la garganta donde son tragadas para su destrucción por los jugos digestivos (gástrico, bilis, pancreático, intestinales).

El 70-80% de las partículas de 3 a 5 micras y el 60% de las de 2 micras de diámetro son capturadas en la nariz. Los virus que son más pequeños pueden ser retenidos atrapados en los mocos que son el principal agente de destrucción. (A ellos les dedicamos un capítulo aparte también).

Nariz para dar forma a la voz.

El papel de resonancia de las fosas nasales y senos paranasales dan las connotaciones particulares a nuestra voz.

Un familiar, cuando nos oye por teléfono, se percata rápidamente si estamos acatarrados pues nuestra voz nasal nos delata.

En los niños con adenoides hipertróficas (adenoides) que respiran por la boca, se aprecia la nasalización de la voz en los fonemas m, n, ñ, conocida como Rinolalia Cerrada por disminución de la resonancia nasal.

Otras curiosidades de la nariz

Hoy hemos repasado la nariz, ese órgano tan importante en nuestras vidas tanto desde el punto de vista funcional como estético.

Pero quiero finalizar incidiendo en que la nariz no solo tiene gran interés científico sino también artístico y literario. Quevedo, Cervantes, Gogol, Picasso, Modigliani y los personajes de Cleopatra, Pinocho o Cyrano de Bergerac, son algunos representantes de este interés.

También la sabiduría popular le ha dedicado gran protagonismo a la nariz dejándonos un repertorio de alusiones, “No ver más allá de nuestras narices”, “meter la nariz donde no le importa”, “dejar a uno con un palmo de narices”

Personalmente recuerdo una anécdota de esta cultura popular: en 1973 y para costearnos el viaje fin de curso de COU, habíamos imprimido unas pegatinas para los coches y que decía “Zamora le dio al Cid con la puerta en la Nariz”, en alusión al suceso acaecido durante el Cerco de Zamora por Sancho II de Castilla en el s. XI. Las pegatinas salieron de la imprenta pero fueron censuradas y no llegaron a venderse. El Cid, héroe nacional, no podía ser agraviado nuevamente y menos por unos “mocosos” estudiantes.


Bibliografía.

  • Paparella MM, Shumrick DA. Rinología. Ed.Médica Panamericana. 1991.
  • Pelta Fernández R. La rinitis alérgica a través de la historia. En Rinitis Alérgica de Negro, 2004. -Tamarit JM, Ferrandis E, Garcia-Parrado L, Dalmau J. Nariz y Sociedad: Curiosidades y anécdotas sobre el apéndice nasal. Therapeia, 55-68, Julio, 2012.
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